25 de septiembre de 2010

Amortizando marihuana...



... once de la mañana, esperando a un amable señor peruano que está arreglando el baño de casa, casi nuevo... el baño, pero que inexplicablemente y porqué no, también amablemente, derramaba parte del agua directamente a las vecinas de abajo, las cuales, ante la imposibilidad económica de comprar una zodiac para desplazarse por su hogar y la inviabilidad de hincharla dentro de la casa, pedían a gritos (literalmente) que arreglásemos la fuga. 

Cuando ya tenía un coche en la calle con el motor en marcha y había reservado dos pasajes al infinito para las quejicas vecinas, éstas me explicaron que se referían a la "fuga" de agua que estaba anegando su piso. Triste por no perderlas de vista, despedí el coche que esperaba en la puerta, revendí los pasajes a Dani, un buen amigo que viaja continuamente porque no sabe qué hacer cuando está quieto... y se procedió al arreglo. 

Ha entrado en nuestras vidas "el amable señor peruano", que, como buen fontanero, ha dicho el día de entrada a casa pero no el de salida, y aquí estamos, conociéndonos mejor día a día hasta que no recuerde si está en casa para arreglar algo o porque siempre ha vivido aquí. Lo único que se de cierto es que no le amo, al fontanero. 

Estar sin ducha en casa, en Ruanda (si es que estás en Ruanda y tienes casa), no supone un gran problema, pero en la sociedad del bienestar, la que está en crisis porque ya no nos queda planeta para arrasar y hasta la gente del resto del mundo huye de sus casas para venir aquí a ejercer la fontanería y así vivir gratis yendo de casa en casa y de fuga en fuga... en esta sociedad, SÍ que supone un problema quedarse sin ducha, un problema no, un problemón! La ducha en una casa de la sociedad del bienestar, es como la felicidad, que no la valoras hasta que la pierdes, y entonces te pasas la vida lamentándote de tu desgracia hasta que la vuelves a encontrar. Y cuando la vuelves a encontrar, te olvidas de disfrutarla día a día como se merece, como un ritual, como una fiesta, como un regalo. Como un gilipollas vamos!

Los días previos al levantamiento de la instalación, a la intervención y reparación del escape de agua, mi angustia aumentaba a la misma velocidad que desaparecen los árboles en el Amazonas, es decir, muy rápido. Estaba buscando cómo apañármelas tantos días sin ducha, sólo podía calmar mi ansiedad visitando al herbolario para que me ayudase a disminuir la dimensión de mis preocupaciones... ¿cómo lo hago? Repasas la lista de amigos cercanos a tu casa, para invadírsela... qué lejos viven todos coño, vaya palo ir con la legaña en el ojo a las horas en que yo me levanto, que la gente te ve en la cara que cuando ellos se han levantado tú también lo has hecho, para mear y acostarte otra vez.

Valoras lo que vale un hotel... ¡Qué burrada! Prefiero lamerme como los gatos, dicen que el cuerpo humano genera en su vida treinta mil litros de saliva (vaya lapo si acumulas) pero hay zonas de mi cuerpo a las que no me llego, por desgracia. Y hay otras zonas de mi cuerpo a las que no me llego, por suerte, porque si no al lavarme me entretendría demasiado y acabaría bajando la luz y poniéndome música de fondo.

Hay que ducharse! No puedo afrontar emocionalmente la imposibilidad de poner mi cuerpo, cincuentón pero de buen ver, debajo del amor que da un chorro de agua en la nuca, los ojos cerrados, la mente flotando en la cascada de sensaciones que las gotas despiertan en tu bulbo raquídeo... y venga... Y cuando ya estaba entre la desesperación y mi cuarto porro, me suena el teléfono.

- Secretario personal del señor Boira, al habla! (Los que me conocen saben que suelo ser bastante estrambótico al teléfono)
- ¿El señor Albert Boira?
- Si es pa deudas de multas embargue directamente la cuenta, no tengo paciencia, dinero, ni dinamita suficiente para expresar mis sentimientos en la Secretaría General de Tráfico o Gestoras de Hijos de Puta o como cojones se llame el sitio éste donde te roban con excusas absurdas y amparados por la ley...
- No, no, no somos tan hijos de la gran puta! Yo le llamo del gimnasio donde usted estaba apuntado pero desapareció...
- ¿Gimnasio? ¿Qué es un gimnasio? ¿Desapareció? ¿Estaba en alguna planta de las Torres Gemelas?
- Si, hombre, un gimnasio, ese sitio donde se matricula una vez al año, viene tres veces casi seguidas, y después se le llena la vida de ocupaciones que siempre precisan del tiempo del gimnasio para hacerlas.
- ¿Y qué cojones quieren usted y el gimnasio? 
- Que se vuelva a apuntar, queremos que sea como las víctimas del franquismo, un nombre que nos conste, pero que no nos conste donde está, que pague y no aparezca... ¿entiende? ¿Me sigue?

Claro que entendía, no voy a entender yo, nena... entendía que el comercial de marras, que trabaja por objetivos y necesita más matriculas para pagarse las clases de macramé, porque el gimnasio le sale gratis y encima ha de ir por cojones el cabroncete, pues ese comercial quería otra vez hincarse en mi cuenta bancaria como ladilla cojonera... y cuando iba a mandarle a tomar un vermouth al Espinalet, para que después le diesen por el culo mirando pa la Costa Brava, una luz se encendió en mi mente...

Dos palabras que se unían en una y que visualizaba como si de luces de neón de puticlub de carretera se tratasen:

GIMNASIO... DUCHA... GIMNASIO... DUCHA... GIMNADUCH.. GIMNADUCH...

... ¡había descubierto el GIMNADUCH! Vale, como nombre comercial es una solemne mierda de vaca, grande, redonda, húmeda aún y pestilente... pero era una opción rápida y fácil de arreglar mi problema doméstico... de soportar la amabilidad pegajosa del "amable señor peruano" y de mantener mi dermis limpia y mis recovecos prestos a cualquier sorpresa.

Trémulo de emoción, acudí a la cita con el comercial adicto al macramé, que no me quiero imaginar uno de sus jerseys, me di de alta en el gimnasio que tiene ducha, piscina, jacuzzi y todas las pijadas que tú te quieras imaginar, y se han resuelto varios problemas pendientes de golpe...

A- Tengo un lugar donde hay hombres y mujeres, unas instalaciones guapas y veinticuatro duchas entre las que puedo elegir una, si es posible vacía, o en su defecto ocupada por alguien que esté de acuerdo en que me sume a la fiesta, y pegarme una ducha interminable... bueno, cierran a las once de la noche.

B- ¡Estoy yendo cada día al gimnasio! Puede que no esté haciendo mucho ejercicio, de hecho los de la entrada miran el reloj cuando me voy, convencidos de que acabo de llegar hace veinte minutos, pero lo que estoy vacilando con el "me voy al gym, vengo del gym no te lo puedes crees cuanto ejercicio haces cari", no es poco...

C- Fumo menos porros ya que esa angustia ya no me angustia.

Sí es verdad que la ducha en casa sigue inoperativa, y que la relación con el amable peruano ha entrado en una cierta fase de rutina, ya no le ofrezco cerveza cada hora, como antes, ya no llega tan puntual como al principio, lo normal vamos...

Pero no es menos cierto, y ahora viene la moralina guapa, que si cuando aparece un contratiempo en tu vida, cambiamos las preguntas que nos hacemos, y eliminamos los:

- ¿Porqué me sucede a mí?
- ¿Por qué siempre yo?
- etc etc

Y los sustituimos por:

- ¿Qué puedo hacer para sacarle algo bueno a esta mierda?
- ¿Cómo lo hago para aprovechar el tiempo en lugar de sufrir su paso?
- ¿Cuál es la segunda opción? (siempre la hay, por cojones, aunque sea la de joderse)

Con lo cual me he dado cuenta de que a veces estamos de mala leche porque queremos, y que si uno le pone imaginación a la vida y mira a su alrededor viendo oportunidades y no limitaciones, puede cambiar ese gris que parece impregnar algunos cielos por soles diáfanos y alegres nubes de verano...

Y ahora me lo he ganado! Voy a hacer otro porro y a esperar al "amable señor peruano" con una cerveza en la mano, contento, feliz, porque mientras me arreglan la ducha me voy a hacer mi ejercicio preferido, el GIMNADUCH, que vaya mierda de nombre, pero que a gusto me he quedao...

Y ahora, váyanse, que aquí ya no hay nada más que ver!

Y gracias por venir, nanana, gracias por veeeeeeeniiiiiiiiiiiiiiiiiiiir!!!!! 


1 comentario:

  1. jajaj cuando ya tengas baño, puedes seguir yendo al GIMNADUCH, se ahorra agua y esas fiestas que dices.... jjajaj ;)

    Un beso!

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